Los pies de Maria


Maria tiene unos pies preciosos. Desde que empezamos a salir siempre me habían fascinado y soñaba en secreto con chupárle esos deditos tan maravillosos. Ella se ponía sandalias y me los enseñaba frecuentemente, aumentando considerablemente mi calentura, hasta el punto de que a veces me empalmaba cuando iba con ella por la calle, tan sólo mirando y fantaseando con trajinarme esos bonitos pies.

Un día, medio de broma, le dejé caer que se los iba a chupar. "¡qué dices! ¡no te atreves!" me contestó ella. Y como no soporto que me reten, me puse a ello. Meti esos deditos con los que tanto tiempo había soñado en mi boca, lamí la planta de sus pies y mientras ella gemía, disfrutaba, descubriendo un nuevo mundo de sensaciones...

Las pajas llegaron más adelante, pero tened claro que a ella le gusta sentir mi corrida sobre sus pies tanto o más que a mí correrme sobre ellos... ya os iremos enseñando cositas.



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